Treinta días (fragmento)Annelies Verbeke
Treinta días (fragmento)

"Así me iré, dice Germaine. Soy el viejo corazón de un pueblo donde nadie viene a vivir. Dejaré de latir, y lo poco que he conocido que aún no ha desaparecido desaparecerá. Puedo llorar y maldecir por eso cuanto quiera, y no cambiará nada. Pero seré feliz y sabré que hice lo que pude, ríe, con lágrimas en los ojos. Para recomponerse, se arrastra hasta el fregadero.
[...]
Todo lo que hacemos, ellos también lo quieren, explica Dieter. No tengo ni idea de cómo piensa esa gente. Vieron tu furgoneta aparcada delante de nuestra puerta y, ¡zas!, su cocina también necesita una mano de pintura.
Sus habitaciones. No lo oyeron.
Lleva años así. Necesitamos una casa, ellos necesitan una casa. Necesitamos un hijo, ellos necesitan un hijo. Necesitamos un coche nuevo o un viaje por Estados Unidos: ellos también lo necesitan. Els se quita con tristeza los restos de pintura de debajo de las uñas. ¿Qué hacemos? ¿Mudarnos?"



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