Mãn (fragmento)Kim Thúy
Mãn (fragmento)

"Cada mañana, muy temprano, antes de que comenzaran las clases, hacíamos la compra. Empezábamos por la vendedora de cocos maduros, los de mucha pulpa y poco jugo. La señora nos rallaba la primera mitad del coco con la ayuda de un palo liso que llevaba una chapa de refresco pegada en el extremo. Unas láminas grandes, como cintas, caían a modo de friso decorativo en la hoja del banano colocada sobre el puesto. La vendedora hablaba sin parar y siempre le preguntaba lo mismo a Mamá: Mamá: «¿Qué le da de comer a esta niña para que tenga los labios tan rojos?». Para evitar la observación, me había acostumbrado a meter los labios para dentro, pero la velocidad a la que rallaba la segunda mitad del coco me fascinaba tanto que siempre la observaba con la boca entreabierta. Ponía el pie sobre una larga espátula de metal negro que tenía una parte del mango apoyada en un banquito de madera. Desmigajaba la pulpa rallando el coco con la rapidez de una máquina, sin mirar siquiera los dientes puntiagudos del extremo redondo de la espátula. Las migas, al caer por el agujero central de la espátula, recordaban el vuelo de los copos de nieve en el país de Papá Noel, decía siempre Mamá, que en realidad estaba citando a su madre. Hacía hablar a su madre para oírla de nuevo. Asimismo, cada vez que veía a unos niños jugando al fútbol con una lata vacía, susurraba invariablemente londi, como su madre."


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