La dependienta (fragmento)Sayaka Murata
La dependienta (fragmento)

"Me empeñé en seguir trabajando por horas en el mismo sitio, pero para  entonces ya era tarde. Ni yo misma sabía por qué solo podía trabajar en una tienda y no aspiraba a obtener un empleo fijo. La tienda disponía de un manual impecable y me desenvolvía muy bien como dependienta, pero no  tenía ni idea de cómo ser una persona normal en un lugar sin manual de instrucciones.
Mis padres eran indulgentes conmigo y se limitaban a hacer la vista gorda mientras el tiempo iba pasando y yo seguía trabajando por horas. A los veintitantos años empecé a buscar un empleo estable para no disgustar a mi familia, pero, como solo tenía ­a la experiencia de la tienda, pocas veces superaba la fase de selección. Además, en las contadas ocasiones en que me entrevistaron no supe explicar por qué llevaba tantos años trabajando por horas.
Como trabajaba todos los días, a veces pulsaba en sueños la caja registradora de la tienda o abría los ojos sobresaltada, pensando que había que colocar las etiquetas del precio a las bolsas nuevas de patatas fritas o que el día anterior se había­ vendido mucho té caliente y habría que reponer. Algunas noches incluso me despertaba mi propia voz gritando:
«¡Bienvenido!».
Si no podía dormir, pensaba en aquella caja de cristal transparente que de noche también herví­a de actividad. En el interior de aquel ní­tido acuario, la tienda seguía funcionando como un mecanismo automático. Al visualizar aquel escenario, los sonidos de la tienda resurgí­an dentro de mis tímpanos, me tranquilizaban y me ayudaban a conciliar el sueño."



El Poder de la Palabra
epdlp.com