Todos marcharon a la guerra (fragmento)David Vogel
Todos marcharon a la guerra (fragmento)

"Estaba enjaulado, recluido. Por vez primera, sentí que no se trataba de ficción, sino de una amarga realidad. Habían aprehendido a un hombre que no había hecho ningún mal a nadie y lo metían en la cárcel. Lo sentí como una afrenta personal, como si me hubiesen abofeteado en plena calle, menospreciado como ser humano delante de muchísimas personas.
[...]
En ese momento la habitación quedaba ordenada, el trabajo se había terminado y un día más, eterno y monótono, igual que el de ayer y anteayer, se abría delante de ti: de nuevo saldremos un rato al patio, intercambiaremos unas palabras con este y aquel, entraremos a ver a la pandilla en la otra habitación durante un rato y saldremos de allí mirando al vacío mientras esperamos el almuerzo que nos sacará del aburrimiento. Un sinfín de preocupaciones de todo género te roerá la cabeza, además del perenne y oculto temor a algo indefinido por venir, que no te abandonará ni por un instante."



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