El dilema de un arcángel (fragmento) "Te juro que no entiendo para qué movemos los falsos presagios de melancolías... por qué arrancamos las costras pasadas de añejas horas extendidas... Te digo, que no hay castigo, para quien no grita, juntando anhelos de rebeldías; ni para aquel que restañe, pidiendo plegarias, y rasgando las banderas de meras hipocresías. Parece que juntamos, y no entiendo por qué, pesares de antiguas cofradías... y gritamos las mismas tonterías con voces aguadas de liridas. Paso dos veces por la misma calle, silbando el duelo de mis alegrías, Y recojo la gota rota en que, incauto, sepulto todas mis rebeldías. " epdlp.com |