Diario de la arena (fragmento) "El juego de la espera fue la manera que encontré para administrar el aburrimiento. Al principio esperé solo camiones. Después tuve que agregarles a Molina, al viejo en harapos, a Leticia en cualquier posibilidad de aparición que me sirviera. Decidí ir hasta Arenales cuando no tuviese más remedio, cuando la provisión se me agotase o no quedara casi nafta para la Velosolex. Una nueva visita a lo de la brasilera quedó descartada tras el comentario de Molina, porque estaba seguro de que allí se manejaban los chismes y la información íntima sobre el pueblo. (...) Cuando volví del prostíbulo, decidí seguir la juerga y me bajé media botella de ron mientras Collie roncaba junto a la estufa. Como temí, desde algún lugar de la noche y la soledad que me rodeaba apareció Leticia, y cuando digo "apareció" me refiero a que otra vez la vi materializarse de pie junto a la mecedora, justo antes de que me acostara. No estaba borracho, pese a que el ron me había pegado fuerte: me refiero a que no había traspuesto el límite y todavía podía discernir la realidad de la fantasía. Su silueta era real, recortada en el contraluz de las llamas. Estaba inmóvil y me miraba. " epdlp.com |