Huésped clandestino (fragmento)Mario Luzi
Huésped clandestino (fragmento)

"Atardeció, se estrechó
la ciudad entre sus montes,
cobró un aire
excitado como para trastornar
sus arterias, sus encrucijadas,
sus descensos
a los senos de sombra, sopló
en el paseo del río
las enfebrecidas lámparas.
¿Quién era el que venía
al encuentro
con el pasado o el presente?
huésped
clandestino
o mensajero
disimulado en sus tabernas
antes del gran anuncio
o profeta desde las entrañas
de su todavía no curada historia
¿para despertar los eventos,
hacerlos presentes?
Tal vez no, en la sombra de la tarde
una sombra transitoria
desde la nada a la nada de su memoria?


Viento y luz.
El destello de oro
de los plátanos se alza hasta el cielo,
no tiene hora
ni estación,
o sea, las tiene
y las quema
esta exultación,
las exhala en claridad
esta invencible alquimia,
las une y las iguala
a la esencia
luminosa del fin
y del principio.


Mediodía. Jardín.
Ojoquieto,
perspicuo, cristalino,
no visto, omnividente.
Desnuda arde,
candente
de identidad
se deshace
de símbolo la rosa,
anula canto, música, memoria,
erosiona imagen
y toda otra codicia
de la mente
humana y animal
sobre sí, sobre su sustancia
todo otro sometimiento. Es.
O rosa ipsa,
o reina de sí.
Pero desciende
su tortuosa vena de aire,
baja
a su encuentro
zumbando el coleóptero
y la ata,
pues, aquel vuelo
de nuevo a la cadena
de la universa fraternidad. "



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