Bibiana y su mundo (fragmento)José Luis Olaizola
Bibiana y su mundo (fragmento)

"Aspiró y notó que la vida olía. A leña quemada, a rosas, a tierra recién regada, a la higuera del huerto y a la merluza rebozada que le estaba friendo en la cocina la señora Angustias. (...) Tenía comprobado Bibiana que todo el mundo, menos ella, estaba deseando que su padre cambiara. Como es lógico, a ella no le importaría que cambiara en algunas cosas, por ejemplo en el vestir, e incluso, que le desapareciera esa “pena del corazón” que le obligaba a beber. Pero tenía miedo de que, si cambiaba demasiado, pudiese convertirse en un padre como el de algunos niños que conocía. "


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