Canto XXXVIII "Aquí, vagando del umbral en torno, la lluvia y la tormenta invoco en vano, para que la retenga en mi morada. Bramaba el huracán en la floresta y el trueno retumbaba entre las nubes, antes que el alba iluminase el cielo. ¡Oh amadas nubes, cielo, tierra, plantas!, parte mi amor: piedad, si en este mundo piedad existe para un triste amante. ¡Despierta, torbellino, y trata ahora de envolverme, oh turbión, hasta el momento que en otra tierra el sol renueve el día! Se aclara el cielo, cesa el viento, duermen las hojas y la yerba, y, deslumbrado, de llanto el crudo sol llena mis ojos. " epdlp.com |