Muerte en Venecia "Detlev Spinell, son aquí debajo de la muerte. La sangre de la noche por el parque, las alas de la noche por el agua del parque, hasta la sangre los ojos submarinos, las palomas, el negro viento de su pelo, el agua por el kiosko, por las porcelanas azules, por los álamos, la orilla de la noche, los mimbres destejidos de la noche. Debajo de su nombre, del borroso marchamo, demasiada fue su belleza por entre las barbas de los antepasados, los blasones y el yeso colorado de los culos de los ángeles. Mira: no es el pájaro debatiendo su herida en el teclado ni es la cuerda que gime ni el antiguo sonido de su nombre, ni los tilos ni el sol sobre la nieve. Aquí debajo, Detlev Spinell, de la muerte, al fondo de las playas que rozan las palomas de sus dedos, debajo de la muerte, ya has olvidado el nombre de los bancos de madera, la grava del camino, las sombrillas de seda, los rugidos de un presentido mar, mira la horrible presencia de las cosas, los zarpazos del sol, rugen las flores, se despliegan los dientes de la noche, arriba sombra, el martillo del mar, amor, oh noche debajo de la muerte! Se ha rizado muy tenuemente el mar, o era su pelo, se levanta cantando entre el tiznado desnudo de los árboles, o el viento ya quebrantado de su pelo, ola por el monte lluvioso, hacia los viejos sonidos de la vida, su lejana adolescencia... No, ni en el piano ni en su muerto cabello, no, debajo de la muerte renace, ni en las fotos amarillas, debajo de la muerte, en la ola de hoy se ha creado su pasada belleza. Ahora recoge tu viejo libro... Pola, la sirena, il vaporetto, las palomas grises su belleza la ola pronto el viejo maletín, hacia el puerto, hacia Venecia, hacia ninguna parte. El afilado grito desde la nieve, desde el hueco bramido de la noche los zapatos de viaje deprisa allí la muerte la arena, aquel sonido como el largo vuelo de las gaviotas, allí tienes Detlev Spinell deprisa la capa de viaje tu muerte pronto, tienes que llegar el sombrero de los músicos la pasarela, el Lido, las palomas, und bon jour, euer Exzellenz! la ola ya está muy lejos, Venecia, tu muerte, Detlev Spinell, has sentido el largo sonido anticipado, ve, tu muerte, rescata la belleza de su inútil adolescencia. Una vez más el silencioso resbalar de la góndola, casi para tocar hacia la sangre un ramillete de frío, para mirar al fondo de los derrumbaderos de la noche. Como tantas otras veces, hacia la laguna, despacio, desde ese ligero puñado de fresas, tantas y tantas veces por entre los leones de piedra y las columnillas transparentes de mármol, su delgado racimo de sangre, tantas veces entre el aire mordido por las gárgolas, en los rincones de las loggias, en los ecos cubiertos de polvo en el mojado silencio de las fuentes, una y otra vez casi podría decirte cómo he recorrido los dedos y la palma de mi mano, cómo he visto despacio el opaco vacío de mis ojos al mirar y tocar y correr y seguir cada tarde hacia la laguna la góndola ligeramente velada por la niebla, un puñado de fresas, a lo lejos, allá atrás, en la playa, podría buscar ahora las largas trasparencias sobre el pálido fondo del abismo pero no rozar la mano ligeramente sobre las aguas para tocar con los dedos la punta de otros dedos, no, allá a lo lejos es la muerte acaso, tan sólo es un racimo de fresas salvajes, casi puedo decirte cómo iba buscando el rostro de las cosas desde el brocal de los pozos, quiero descender blandamente hacia la más alta noche, ahora llevo mi muerte por la sangre vuela una golondrina, quiero llevar mi muerte hacia la noche, a la orilla del mar, hasta la orilla de la noche, quiero dejar mi muerte a orillas de la noche, respirar la brisa de la noche, las flores ateridas, el aire de las cosas, la tierra que no es, al mismo fondo de los derrumbaderos de la noche. " epdlp.com |