Hedda Gabler (fragmento) "Hedda: Lo extraño es que nos visite. Yo no la conozco más que del colegio. Tesman: Tampoco yo la he visto desde hace mucho tiempo. Es asombroso que pueda vivir en un rincón como el que habita allá. Hedda: Di, Tesman, ¿no es hacia esa parte adonde se ha ido a vivir...Eylert Loevborg? Tesman: Sí, en algún punto de allá. Berta: Señorita, está aquí la señora que vino hace poco y me entregó esas flores que tiene en la mano la señorita. Hedda: ¡Ah! ¿Está ahí? Bien. Que pase. Hedda: ¡Buenos días, querida! Celebro mucho volverla a ver después de tantos años. Thea: Sí, hace mucho que no nos hemos visto. Tesman: Ni nosotros tampoco, ¿verdad? Hedda: Gracias por sus lindas flores. Thea: ¡Oh, por favor!... Hubiese venido a verles ayer; pero supe que estaban de viaje. Tesman: ¿Acaba usted de llegar a la ciudad? Thea: Vine ayer por la tarde. ¡Oh! ¡Me sentí tan desesperada al saber que estaban ustedes ausentes! Hedda: ¡Desesperada!... ¿Por qué? Tesman: Hable, señora de Rysing..., digo, de Elvsted... Hedda: ¿Ha sucedido alguna cosa? Thea: Sí; y no conozco un alma a quien dirigirme aquí, excepto a ustedes. Hedda: Venga usted. Sentémonos en el sofá. Thea: ¡Oh! ¡No tengo calma ni paciencia para estar sentada! Hedda: ¡Venga usted! Tesman: Vamos a ver, señora... ¿Qué hay? Hedda: ¿Es alguna cosa que le ha sucedido a usted allá en su casa? Thea: Sí...; es decir, sí y no. ¡Oh! Temo ser mal comprendida... Hedda: ¡Vamos! Lo mejor que puede usted hacer es decirlo todo francamente. Tesman: Para eso ha venido usted; ¿no es verdad? Thea: Sí, sí. Justo. Ante todo, debo decir a ustedes que Eylert Loevborg está también aquí. Hedda: ¡Que Loevborg está...! Tesman: ¡Como! ¿Que ha vuelto Eylert Loevgorg? ¿Oyes, Hedda? Hedda: ¡Hombre, sí!; oigo perfectamente. Thea: Hace ocho días que llegó. ¡Cuando una lo piensa! ¡Solo, en medio de los peligros de esta ciudad, expuesto a las malas compañías que hay aquí! Hedda: Pero, querida, ¿usted qué tiene que ver con su conducta? Thea: Ha sido preceptor de los niños. Hedda: ¿De sus hijos? Thea: De los míos, no. No los tengo. Hedda: ¿De los de su marido? Thea: Sí. Tesman: Pero, ¿es que él..., no sé cómo expresarme..., estaba en condiciones de desempeñar cargos de esta índole? Thea: Durante estos dos últimos años no ha dado nada que decir. Tesman: ¿Oyes, Hedda? Hedda: Oigo muy bien. Thea: Absolutamente nada. Puedo asegurárselo a ustedes. Por ningún concepto. Y sin embargo..., ahora que sé que está aquí..., en esta gran ciudad..., y con mucho dinero, temo por él lo indecible. Tesman: Pero, ¿por qué no se ha quedado donde estaba, al lado de usted y su marido? Thea: Desde que apareció su libro, no ha habido paz ni reposo en casa. Tesman: Sí, es cierto. Tía Julia me ha dicho que había publicado un libro nuevo. " epdlp.com |