Don Clorato de Potasa (fragmento)Edgar Neville
Don Clorato de Potasa (fragmento)

"Mientras tanto, Edelvina seguía contaminando de cursilería todo el hotel. Habíamos dejado este fenómeno cuando el hall, ante su aparición, se había transformado en una plaza de pueblecito veraniego con pretensiones, y en el momento decisivo en que, como colofón de cursilería, se había revelado entre los concurrentes un gran tenor de ópera italiana, que andando el tiempo había de ser famoso.
La mamá de Edelvina se acercó a él y le pidió cantase el "¡Ay, ay, ay!", a lo cual el divo accedió, porque, según dijo a los periodistas, "aquella anciana le recordaba a su madre".
El gran tenor fregó con el temblor de sus notas la claraboya del recinto, mientras que los que le oían supuraban deleitosamente cursilería.
-Un trozo de Cavalleria rusticana - suplicaban.
Y el cantor cantaba y cantaba, con la cabeza cada vez más echada hacia atrás y con su cara más angustiosa al producir las notas difíciles. "



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