Diario en público (fragmento)Elio Vittorini
Diario en público (fragmento)

"Yo creo que ser escritor es una muestra de gran humildad. Lo veo como lo fue en el caso de mi padre, que era herrador y escribía tragedias y no consideraba que su escritura de tragedias fuera superior a su herrado de caballos. Es más, cuando estaba herrando caballos, nunca aceptaba que le dijeran “Así, no, sino así. Te has equivocado”. Miraba con sus azules ojos y sonreía o reía y meneaba la cabeza, pero, cuando escribía, daba razón a cualquiera a propósito de cualquier cosa.
Escuchaba lo que cualquiera le dijese y no meneaba la cabeza, daba la razón. Era muy humilde en su escritura; decía que la tomaba de todo el mundo y, por amor a ella, procuraba ser humilde en todo: tomar de todo el mundo en todo. Mi abuela se reía de lo que él escribía. “¡Qué tonterías!”
Y mi madre, igual. Se reía de él por lo que escribía.
Sólo mis hermanos y yo no nos reíamos. Yo lo veía ponerse colorado, cómo agachaba, humilde, la cabeza y así aprendía yo. Una vez, para aprender, me escapé de casa con él.
De vez en cuando mi padre lo hacía: escapaba de casa a escribir en la soledad. Yo lo seguí una vez: caminamos ocho días por el campo de alcaparras, entre las flores blancas de las soledades, y nos detuvimos bajo una roca para estar un poco a la sombra, él, con sus azules ojos, que escribía, yo, que aprendía, y al regreso mi madre me apaleó por mí y por él.
Entonces mi padre me pidió perdón por los golpes recibidos en su lugar.
Recuerdo cómo fue. Yo no le respondí. Y él me dijo con una voz terrible: “¡Responde!” ¿Me perdonas?” Parecía el espectro del padre de Hamlet cuando quiere venganza. No es que quisiera perdón. Pero de ese modo aprendí lo que es escribir. "



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