El cuerno y el oro (fragmento)Laura Pariani
El cuerno y el oro (fragmento)

"Tilcara se halla en el final de la meseta, en la carretera que va desde Argentina a Bolivia: un pueblo con casas pintadas con tonos muy claros, azules y verdes. El cielo brilla como el cristal y sientes que puedes acariciarlo con los dedos. Un cielo extranjero. ¿Por qué estás aquí, Carlen?-parece inquirir- No se halla en su lugar, tan lejos de Italia. Pero... ¿dónde está la casa de cada hombre? El aire es tan liviano que penetra en los pulmones sin siquiera haber tenido tiempo de inspirarlo.
A ambos lados de la carretera principal, que se extiende por todo el país, los vendedores ofrecen tortas de maíz fritas y galletas recién horneadas con forma de cráneo y tibias cruzadas porque mañana es 2 de noviembre. Carlen ha venido con el propósito de disfrutar del espectáculo de la feria, escuchando la música de la muerte y añadiendo con una media sonrisa y en inequívoco tono de broma: "He de pagar, porque mi tiempo llegará". El viaje hasta Tilcara fue un viaje muy largo, con las mulas en fila india, acompañados por perros que parecen ovejas lanudas. Los hombres se envuelven en un poncho amarillo con rayas verdes y se anudan un pañuelo azul al cuello. Carlen se sentía cada vez más y más cansado, quizás debido a la altitud. Sentía que había perdido el rumbo. Afligido por la soledad, sin el consuelo del amor o la familia. Uno más en la vasta tierra de los pobres y los desesperanzados. "



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