El libro de los susurros (fragmento)Varujan Vosganian
El libro de los susurros (fragmento)

"Luego venía el armario de los libros. Mi abuelo Garabert conocía casi todos los alfabetos: latino, cirílico, griego y árabe. "Para que no te equivoques. El alfabeto es el principio, por eso se le llama "alfabeto". Puedes empezar por donde quieras, a condición de que logres desentrañar el principio", decía. Mi abuelo desentrañó los principios, pero lió los finales. Cuando estaba en su lecho de muerte, nos llamaron a nosotros, los niños, para que fuésemos a verlo. No entendí lo que decía. Parecía tranquilo y hablaba con sabiduría. Pero no podía entenderlo. Después, mi padre, me explicó que el abuelo nos había hablado mezclando idiomas: persa, árabe, turco, ruso y armenio. Todas las tierras conocidas en su infancia y adolescencia resucitaron en él. Igual que cuando uno se apresta a irse agarra lo primero que le viene a la mano, él, antes de marcharse de este mundo, agarraba al azar las palabras. Con los libros, lo mismo. Había libros en turco, en caracteres del antiguo alfabeto, orientales, manuales de dibujo en inglés y ediciones antiguas del Larousse. El abuelo hojeaba de cuando en cuando un espléndido libro de alfombras en alemán. "Nuestras alfombras son como la Biblia. En ellas se halla de todo, desde los inicios hasta hoy." Buscábamos juntos las caras del mundo. "Aquí está el ojo de Dios", adivinaba yo y él asentía. "Y éste es un ángel." "No es ángel. Es viejo, debe ser un arcángel. Quizá Rafael, que es el más viejo de todos." Me habría gustado hablarle del ángel viejo del patio que en verano olía a yodo y en invierno se lavaba los pies descalzos en la nieve. Pero comprendí que los hombres que no hayan vivido una infancia sin miedo no han podido conocer ángeles viejos. "


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