De la pobreza al poder (fragmento)James Allen
De la pobreza al poder (fragmento)

"A veces el alma siente que ha hallado una paz y felicidad seguras al adoptar una cierta religión, al abrazar una filosofía intelectual, o al construir un ideal artístico o intelectual; pero una tentación arrolladora demuestra que la religión era inadecuada o insuficiente; la filosofía teórica resulta ser una baratija inútil, la estatua idealista en la cual el devoto ha bregado tantos años se desmorona en fragmentos a sus pies.
Entonces, ¿no hay modo de escapar del dolor y la pena? ¿No hay medios para romper las ataduras del mal? ¿Son acaso la felicidad permanente, la prosperidad segura y la paz duradera un sueño tonto?
No, hay un modo, y lo digo con alegría, mediante el cual el mal puede ser exterminado; hay un proceso mediante el cual la enfermedad, la pobreza o cualquier condición adversa puede ser alejada para nunca volver; hay un método mediante el cual puede asegurarse prosperidad permanente, libre del miedo de que la adversidad regrese, y hay una práctica mediante la cual es posible realizar paz y júbilo interminables e ininterrumpidos.
Y el principio del camino que lleva a esta comprensión gloriosa es la adquisición de un entendimiento correcto de la naturaleza del mal.
No basta con negar o hacer caso omiso del mal; debe ser entendido. No basta con orar para que Dios elimine el mal; debes averiguar por qué está ahí, y cuál es la lección que encierra para ti.
No tiene caso preocuparse y humear ni impacientarse contra las cadenas que te atan; debes saber por qué y cómo estás atado. Por tanto, lector, debes salir de ti mismo, y debes comenzar a examinarte y entenderte. Debes dejar de ser un niño desobediente en la escuela de la experiencia y debes empezar a aprender, con humildad y paciencia, las lecciones puestas para tu edificación y —en último caso —perfección; ya que el mal, cuando es correctamente comprendido, resulta ser no un poder ilimitado o principio del universo, sino una fase pasajera de la experiencia humana, y por lo tanto se convierte en un maestro para aquellos dispuestos a aprender.
El Mal no es una cosa abstracta fuera de ti; es una experiencia en tu propio corazón, y al ir pacientemente examinando y rectificando tu corazón gradualmente, serás conducido al descubrimiento del origen y la naturaleza del mal, lo cual será necesariamente seguido de su completa erradicación. Todo el mal es correctivo y sirve como remedio y, por ende, no es permanente. Está enraizado en la ignorancia, ignorancia de la verdadera naturaleza y relación de las cosas, y en tanto permanezcamos en ese estado de ignorancia, permaneceremos sujetos al mal.
No hay mal en el universo que no sea el resultado de la ignorancia, y que no pudiera—si estuviéramos listos y dispuestos a aprender su lección— guiarnos a mayor sabiduría, y luego desvanecerse. Pero los hombres permanecen en el mal, y éste no termina de pasar porque los hombres no están dispuestos o preparados para aprender la lección que vino a enseñarles.
Conocí un niño que, cada noche cuando su madre lo metía a la cama, lloraba pidiendo le dejaran jugar con la vela; y una noche, cuando la madre se descuidó por un momento, el niño tomó la vela; el resultado inevitable siguió, y el niño jamás deseó jugar de nuevo con la vela.
Por su torpeza aprendió, y aprendió perfectamente la lección de obediencia, y entró al conocimiento de que el fuego quema. Y este incidente es una ilustración completa de la naturaleza, significado y resultado último de todo el pecado y el mal.
Así como el niño sufrió por su ignorancia de la naturaleza real del fuego, niños mayores sufren por su ignorancia de la naturaleza real de las cosas por las cuales claman y luchan, y que les dañan cuando las tienen seguras; la única diferencia es que en el último caso la ignorancia y el mal están más oscuros y más profundamente enraizados. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com