Retorno a ti niño muerto "Tengo un niño yace enterrado con dos ojos-ojos azules dos ojos del color del pomito de olor y las aves trizadoras de Etiopía acuden en bandadas en torno a sus dos ojos azules para arrancarlos con sus picos y los pequeños cisnes de Seckau que querían venir al bautismo se han vuelto volando mi bello niño muerto yace sobre mí y encima de mí ha respirado yo oía sus largos alientos dormidos parecía el murmullo de las hojas en los árboles estivales cuando bajo la techumbre de esos árboles él y yo nos acuclillábamos y las hojas verde esmeralda murmuraban y él me miraba desde sus ojos azules y los árboles seguían murmurando luego y murmuraban: pronto estará muerto… pusimos luego en la iglesia su ataúd tenía tan sólo una pequeña ventanita por la que él miraba hacia afuera es mi niño y se llamaba como el cielo azul y el arrebol y el viento matinal en primavera y las hojas en la copa murmurante y el narciso y el más bello de los días y aunque le había cerrado los ojos los párpados volvían y volvían a elevarse tenía ojos azules y una redonda naricita y una boca entreabierta con dos hermosos dientes era un varoncito era un regalo como jamás lo había antes recibido lo amo por sobre todo está muerto ya no volverá jamás a mi brazo izquierdo a mi brazo derecho a mis dos brazos a mis pechos yaciendo sobre mí yo inclinada sobre él las aves todas los arroyos todos las piedras todas las nubes todas y el humo vienen a la ventanita y contemplan a mi niño muerto yo le tejo una guirnalda de diente de león silvestre le entrelazo un suave cestillo para el rostro plantaré sus ojos azules en la tierra como un par de flores de azafrán derramaré sus cabellos rubios esparciré su boca su nariz su piel sus rodillas y muslitos sus uñas sus lugares rubicundos en los pliegues del codo jugaba con pequeños caballitos y borriquillos de crin rizada con espiralados caracoles a la vera del camino y soplaba en sus cuernos y se posaba gozoso las antenas de las mariposas y compartía con las lilas las nubes de lluvia y a las bellísimas nubes saturadas de la siesta a los balcones los conocía por su nombre y como Miró escribía en ellos: »s 5«, »s 5«, »s 5«, y sin cesar salteaba muchas cosas y arriesgaba los saltos más osados de hocico a hocico de oveja hasta que la lana se desgreñaba más y más le gustaba encrespar el agua con la mano y yo arreglaba cosiendo su peinado él sacaba hacia adelante la bandera negra y a su horquilla le ponía un asta la mandaba a buscar el cordero pascual de mansa errancia e iba por la punteada curvatura de un arbusto maduro de viburno se iba a menudo con mi sombrilla azul yo gritaba detrás de él y lloraba por su dulzura (él está muerto él es mi todo). " epdlp.com |