El Gengis (fragmento)Alberto Bevilacqua
El Gengis (fragmento)

"Tommaso se miraba en el espejo retrovisor para cerciorarse de que seguía siendo el mismo hombre que hasta sólo unos meses antes había temido las luces del Gengis. Ahora estaba afrontando lanza en ristre aquel Fiat Lux, pisando el acelerador y corriendo a toda velocidad por las avenidas, y virando y frenando en las curvas. Increpaba los letreros, se sumergía en sus laberintos, conseguía destrozar algunos de ellos a altura humana, como si estuviera atropellando al mismo Gengis.
Unos fuegos artificiales de letreros a los que respondía con estallidos de alegría, con centellas de locura vengativa. La Roma de las bombillas de electrodos en espiral entró en erupción como un volcán: Canadian Pacific British Overseas Airways Corporation... BOAC, un disparo. Otra ráfaga de la defensa antiaérea enemiga: Linóleum Gomma Superlinoleum Romana Swissair. En los arrabales estallaban al instante de profundis luminarias de supermercados, discotecas, empresas de pompas fúnebres. Alumbraba el Polifemo Gengis, y Tommaso insistía en conducir contra su ojo: Ideal Standard Royal Classic Confort Export Silver Baby Bellavista...
Aquel ojo móvil con miles de pupilas; Tommaso debía proteger con la mano los suyos para no quedar deslumbrado. Comprendía que no debía dejarse engañar por las calles que parecían desiertas, desanimadas, por las casas donde los pobres diablos ya se habían quedado dormidos, porque el Gengis enseñaba que imponer la publicidad a la nada hace vender también la nada a la nada, incluso a la postrada miseria, y ahí estaba; surgiendo de repente, como Aladino con la lámpara maravillosa, entre tugurios, construcciones ilegales, terrenos no asfaltados, explanadas donde ardían las hogueritas de las putas que habían sobrevivido al desembarco de los ejércitos transexuales.
Otros tótems apremiantes: Trans World Airlines Tiberina Petroli Tiber Andrea Ristorante Tessuti... Se reflejaban en el parabrisas: Salmoiraghi Volkswagen Officine... Tommaso dirigía su automóvil contra las sedes descentralizadas de la SPSPA (una especie de esputo bárbaro si se decía en voz alta): Sociedad de Productos de Señalización Publicitaria y Afín.
El neón de los tubos, pensaba, es gas noble, y el Gengis lo poseía. Seguramente era lo único noble que poseía. La fe, dicen, tiene muchos caminos, pero la sed de millones, muchos más. Se podía decir que el Gengis había decidido no crear el sol por temor a que después la gente lo usufructuara sin pagarlo.
Tommaso siempre había evitado, hasta la obsesión, aquellos parajes. "



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