El efecto entropía (fragmento)Vonda N. McIntyre
El efecto entropía (fragmento)

"El oficial científico no se movió. Scott permaneció en la puerta durante un momento más, luego giró sobre los talones y dejó a Spock solo. Después de todos los años que llevaba trabajando con él, no debería sentirse ofendido si Spock no daba las gracias por una oferta de ayuda que no había pedido y que no necesitaba; pero ese día, Scott estaba de un humor que hacía que se sintiera ofendido casi por cualquier cosa.
Cuando el ingeniero jefe se acercó al turboascensor, un civil lo alcanzó a la carrera; no había duda de que se trataba de una de las personas que habían recogido en Aleph. Como Kirk no le había hecho confidencia alguna a Scott, éste había dado por supuesto que se les había encomendado una tarea vital y esencialmente secreta. Había supuesto que trabajaban sobre las bases de que cada uno supiera lo estrictamente necesario. Esas suposiciones habían sido falsas, el mensaje era trivial, y Scott había permanecido en la ignorancia simplemente porque, como siempre, nadie se molestaba en explicarle qué estaba ocurriendo.
Scott saludó al civil con la cabeza cuando ambos entraron en el ascensor; hubiera deseado estar solo porque se sentía con más ganas de ser gruñón en privado que hosco en público.
-¡Esperen!
Scott volvió a abrir la puerta y el capitán entró. Parecía descansado, y tenía el uniforme limpio; Scott, por otra parte, había pasado en la sala de motores las seis horas transcurridas desde la salida de Aleph, y se sentía sucio.
-Hola, Scotty -lo saludó el capitán Kirk.
-Capitán -fue la corta respuesta de Scott.
De pronto se le ocurrió que el civil tenía que haber sido casi la última persona que había utilizado el transportador, la persona que Spock acababa de insinuar que podía quejarse.
-Señor -dijo Scott, abruptamente-, ¿podría describirme qué sintió cuando fue transportado a bordo por el rayo? Eso podría ayudarme a encontrar el fallo.
El civil pareció sorprendido.
-Disculpe, señor -continuó Scott-. Soy el jefe ingeniero de la nave. Me llamo Scott.
-¡Santo Dios, Scotty! -exclamó Kirk-. ¿Es que también el transportador está averiado?
-El transportador de la nave funcionaba bien, por lo que yo sé -le aseguró el civil, y sonrió-. Yo suponía que tenía que mejorar un poco la forma de uno.
Las puertas se abrieron y los tres entraron en el puente.
-No sé qué es lo que le ocurre, capitán -respondió Scott-. El señor Spock acaba de decirme hace un instante. "



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