La bruja del ámbar (fragmento)Wilhelm Meinhold
La bruja del ámbar (fragmento)

"Nos sorprendieron muchas maravillas además de una gran zozobra; tras atravesar el puente sobre los saltos del Smolle, el odioso hijo del ama de llaves gritaba estruendosamente, "¡Venid por la gallina asada! ¡Venid por la gallina asada!", prorrumpiendo los que le rodeaban en una gran carcajada y alzando a su vez la voz, ¡Sí, en efecto, la gallina asada! ¡La gallina asada! pero cuando el amo Krekow entonó el segundo verso el ánimo de todos se volvió más tranquilo y la mayoría comenzó a entonar cantos de los libros que llevaban consigo. Pero cuando él dejó de cantar, el ruido comenzó de nuevo al igual que antes. Alguien gritó "El diablo le ha dado a ellas estas vestiduras y ornatos" y viendo que el sheriff se había alejado a caballo, se concitaron alrededor del carrito y sintieron sus vestidos, especialmente las mujeres y jóvenes doncellas. Otros, de nuevo, gritaron como el joven truhán "¡Venid por la gallina asada! ¡La gallina asada", respondiendo alguien "Ella no dejará que la quemen, devorará las brasas" Nos obligaron a escuchar estas y otras inmundicias a las que me da vergüenza referirme, enmudeciendo especialmente mi corazón al escuchar a alguien jurar que se encargaría de las cenizas, al ver que la varita había sido inútil; nada era mejor para la fiebre y la gota que las cenizas de una bruja. Señalé al Custodio para continuar el canto, y todos se tranquilizaron por un instante, el tiempo que transcurrió en declamar el verso. "


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