Ditte, hija del hombre (fragmento)Martin Andersen Nexø
Ditte, hija del hombre (fragmento)

"Los niños ya no estaban a su cuidado -ninguno de los ocho. Sören y Maren ya no eran jóvenes. Comenzaban a notar el deterioro del tiempo y de los largos años de trabajo y la necesidad de un descanso. Sörine, hacía ya tiempo que había crecido y era ya el momento de que determinara por sí mismo el camino que había de seguir, pero ella permanecía en el país y en casa de sus ancianos padres.
En su calidad de benjamina, había sido muy consentida y era extremadamente delicada, además de mostrarse muy tímida con los extraños. Maren pensaba que cuando se ha traído tantos niños al mundo es agradable tenerlos alrededor porque pronto llegará el período en el que se vuelvan más fríos y distantes. Sören en su mayoría pensaba lo mismo que su mujer, aunque la casa fuera suficientemente grande para todos. Y sintiendo devoción por los niños, aceptaron con naturalidad esta circunstancia. Así que Sörine permaneció en el lar y sólo ocasionalmente realizaba algún trabajo en la aldea o en las granjas aledañas. Se suponía que era una mujer muy bonita y contra esto Sören no tenía nada que objetar, pero veía con pesar que ella no prosperaba, su pelo rojo se erguía sobre su frente clara, ligeramente pecosa, sus miembros eran frágiles y no era demasiado fuerte. Al hablar con la gente su mirada se mostraba huidiza y denotada una ansiedad que la impulsaba muy lejos de allí.
Los muchachos de la aldea pronto vinieron a la cabaña a cortejarla, preferentemente en las cálidas noches, pero ella se escondía presa del pánico.
-Parece ser la oveja negra -dijo Sören, al contemplar como mantenía su ventana cerrada a cal y canto.
-Es todo bondad -terció la madre-. Sólo aguarda un poco y ya verás. Se casará con el hijo de algún caballero.
-Tonta -gruñó Sören airadamente y se marchó: No le llenes la cabeza con esas cosas.
Quería mucho a Maren, pero nunca había respetado su capacidad de raciocinio. A medida que los niños crecían, Sören siempre decía: Qué tonto. Se parece a su madre. Y Maren, con el transcurso de los años, soportó esto con paciencia, sabía que tampoco Sören era el más inteligente de los seres. "



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