Toda la piel del mundo (de Cartas de enero) "Tú los ves ahí colgados, tirados, y dices, vaya cosa, son cosa de mujeres, tonterías, lo llevan para meter el pintalabios, el móvil, quizás una compresa. Y te olvidas. Pero ellas no olvidan, lo llevan como a un gato, como al fiel compañero, como su santo y seña, como su claro ex-libris. Te equivocas si crees, en tu inocencia, que esa cosa de rafia o de piel beige sirve para tener a mano el colorete, las llaves, el perfume. Yo la he visto de noche, esa cosa respira, es una megalópolis, no está quieta por dentro, es multiforme y crece. A la hora del pan huele a cerveza, y cuando está nublado te puedes encontrar con que ahí dentro hay una hija, un sol, unas tijeras de robar rosas rojas. Ahí, a tres de julio, he visto amanecer los pájaros cantando y había un abanico para un novio y una estrella de miel para la madre. En el rincón azul, las gafas de coser, las recetas del padre a la fecha de hoy, la muestra de la tela -preciosa- que le dio el tapicero. Al fondo la novela, la última, de Doris Lessing y el bono de 10 horas del gimnasio. Por ahí pasa un río, pasa el día, la música, la niebla... Esa cosa. Mi bolso. Que va a dar al mar. " epdlp.com |