Con un coche negro (fragmento)Heinz Piontek
Con un coche negro (fragmento)

"No obtuvo respuesta. El camarero nos trajo la copa mientras fruncía su ceja derecha en un gesto de clara desaprobación.
-¿Cree que estoy borracho? –preguntó Taubner. Pero cuando me siento ante el volante mis reflejos son felinos. En realidad, desaprobar la velocidad sería como tener un accidente, ¿no cree?
-En ese caso, yo no estaría sentado aquí ahora.
-Todo eso puede ser muy interesante –terció Taubner- pero no nos interesa –puntualizó airadamente. -Mi esposa sabe que soy un conductor seguro. Mucha la gente lo sabe, todos menos la policía.
-¿La policía? –repitió la joven con una media sonrisa.
-Sí, la policía, aseguró Taubner. Ellos no saben nada de cómo se debe conducir.
-Probablemente nunca aprenderán –dijo la joven, riendo a carcajadas y terminando así la conversación.
Taubner no podía dejar de escuchar estridentes voces en su cabeza. Algunas trataban de calmarlo, pero otras lo recriminaban abiertamente –sabía que no tenía argumentos en contra. Golpeó con fuerza la mesa y luego se quedó en silencio. Las voces se habían vuelto tan monótonas que ya no las escuchaba. ¿Cuánto tiempo duró ese ruidoso silencio? De repente, sintió su cuerpo enardecido y aletargado, poco a poco fue recuperando la conciencia, miró a su alrededor y buscó a tientas con las manos. La puerta principal, la puerta del aparcamiento. Siempre había alguna puerta que abrir. Abrió poco a poco, pero no encontraba el interruptor de la luz, así que se quedó un instante indeciso en el pasillo. ¿Qué debo hacer? En la sala de estar alguien hablaba en voz baja, sonaba como un sollozo. Ella está llorando y se sintió extrañamente afortunado y airado, asió el pomo de la puerta. Encontró dos hombres uniformados y un civil. Los miró con frialdad. Se quitó el sombrero y lo sostuvo en la mano como si pidiera algo.
-¿Hubert?
-Sí, soy yo. La habitación olía a limón y gasolina. El guardabarros del coche estaba abollado y había rastros de sangre sobre la pintura dañada. Lo limpió todo cuidadosamente con un pañuelo, mientras los tres hombres se acercaban a él. "



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