El mundo histórico (fragmento)Wilhelm Dilthey
El mundo histórico (fragmento)

"El desarrollo de la historiografía moderna ha ido acompañado siempre de obras que se ocupaban del estudio de la historia, y su número fue creciendo en todos los países cultos durante la época de la Ilustración. Especialmente a fines del siglo XVII comienza la batalla del escepticismo contra toda clase de saber, también contra la tradición histórica, y así surgieron fuertes estímulos para consideraciones de orden metodológico. Junto a estos trabajos, encaminados a fundamentar el saber histórico, en las universidades se imponían las enciclopedias de la ciencia histórica. Pero ¡qué distancia la que existe hasta entre el intento de Wachsmuth de establecer una teoría de la historia, que surge en 1820 de las alturas de la moderna historiografía, y la obra contemporánea de Humboldt, impregnada por el espíritu de la nueva historiografía! Aquí tenemos una frontera neta.
La nueva teoría de la historia encuentra sus dos puntos de partida en el idealismo filosófico alemán y en la transformación de la ciencia histórica. Hay que partir de lo primero.
Fue problema de Kant cómo sería posible encontrar una conexión unitaria, "una marcha regular" en el decurso histórico. No pregunta, con propósitos epistemológicos, por las condiciones de la conexión que se da en la ciencia en cuestión, sino que su pregunta se encamina a saber cómo de la ley moral a la que se halla sometido todo obrar, se pueden derivar principios a priori para la captación de la materia histórica. El curso histórico es un miembro de la gran conexión natural, pero ésta, a partir de la presencia de los organismos, no puede ser sometida a un conocimiento de su orden según las leyes causales, sino que es accesible únicamente a la consideración teleológica. Así niega Kant la posibilidad de encontrar leyes causales en la sociedad y en la historia y trata, por el contrario, de poner en relación la meta del progreso, tal como la había fijado la Ilustración en la perfección, en la felicidad, en el desarrollo de nuestras capacidades, de nuestra razón, de la cultura en general, con el a priori de la ley moral, estableciendo así, a priori, el sentido y la significación de la conexión teleológica. "



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