Quemar a una mujer "Tarde oscura. Las casas de Eastwood Road son belgas, de repente y alguien ha encendido una hoguera en un rincón del seto; húmedo y lento, un vellón de humo amarillo se aferra igual que moho a las hojas, y pienso en mi padre, de pie en el patio de Handcross Court, quemando a mi madre dos semanas después de su muerte: su único abrigo, su escoba de bruja hecha de bufandas, gorros y medias de nylon, cintas de madreperla. He trabajado sobre este plano desteñido sin acertar jamás, creyendo verle andar de un lado a otro arrastrando vestidos, avivando las llamas con zapatos para verlos arder, y luego viéndome a la mañana siguiente, bajo la lluvia, buscando qué salvar de las cenizas, horquillas y abalorios, un rastro de botones como huevos que se enfrían en un nido, o el boceto de plumas y punto de cruz al que ella sacó partido una vez. " epdlp.com |