L'Eté grec (fragmento)Jacques Lacarrière
L'Eté grec (fragmento)

"Alonissos. Basta con escribir ese nombre que quiere decir "la otra isla". Palabra inquietante: la isla real sería motivo de reflexión, ¿el doble de la isla real, invisible a nuestros ojos, o el último vestigio de una isla desaparecida? Se trata de una tranquila y apacible noche que desciende muy lentamente sobre la isla, sin prisa, de una oscuridad voraz que sólo tienen las islas del sur. La casa, tan blanca desde el amanecer, se empaña lentamente hasta sumirse en la tiniebla y se colma al atardecer de una duda que en Francia se equipararía a la diferencia entre una avispa y una abeja. Contemplo la noche desde lo alto de una terraza con vistas al puerto. Escucho cada noche los mismos sonidos: el estrepitoso rebuzno de un jumenco (pero ahora el otro no responde, tuvimos que llevarlo al interior cargando barriles de resina porque se aproxima el tiempo de cosecha y me lo imagino serpenteando por el sendero del Votsi mientras realiza aparentemente su labor, aguzando el oído en la distancia; dos mujeres gritan a sus hijos que no se preocupen, que podrán alegrarse al ver el puerto. Ahora que la noche es sumamente oscura, que apenas se distingue el horizonte, la escarpada isla de los dos hermanos permanece separada por un estrecho canal que asciende a la misma altura (podrías sentir el deseo absurdo de comprender la fraternidad que encierra la caída de estas rocas en la tierra) De modo que ahora aguardo el sonido final del crepúsculo, el ruido del motor del barco, que siempre vuelve a puerto, apostándose en el muelle. Es el barco de Barba Yannis. "


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