El estudiante de Salamanca (fragmento)José de Espronceda
El estudiante de Salamanca (fragmento)

"Todos. Fuera de aquí a armar quimera.
D. Félix. (Con calma, levantándose) Tened, don Diego, la espada, y ved que estoy yo muy sobre mí, y que me contengo mucho, no sé por qué, pues tan frío en mi colérico brío vuestras injurias escucho.
D. Diego. (Con furor reconcentrado y con la espada desnuda) Salid de aquí; que a fe mía, que estoy resulto a mataros, y no alcanzara a libraros la misma virgen María. Y es tan cierta mi intención, tan resuelta está mi alma, que hasta mi cólera calma mi firme resolución. Venid conmigo.
D. Félix. Allá voy; pero si os mato, don Diego, que no me venga otro luego a pedirme cuenta. Soy con vos al punto. Esperad cuente el dinero... uno... dos...
(A D. Diego.) Son mis ganancias; por vos pierdo aquí una cantidad considerable de oro que iba a ganar... ¿y por qué? Diez... quince... por no sé qué cuento de amor... ¡un tesoro perdido!... voy al momento. Es un puro disparate empeñarse en que yo os mate; lo digo, como lo siento.
D. Diego. Remiso andáis y cobarde y hablador en demasía.
D. Félix. Don Diego, más sangre fría: para reñir nunca es tarde, y si aún fuera otro el asunto, yo os perdonara la prisa: pidierais vos una misa por la difunta, y al punto. "



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