En el corazón de los mares (fragmento)Samuel Yosef Agnon
En el corazón de los mares (fragmento)

"Después del Sabbath, nuestros camaradas permanecieron en una vivienda cerca del Muro de las Lamentaciones, cuyas ventanas daban directamente al Templo; de ese modo se encontraron en presencia de la Divinidad. Las mujeres compraban para sí prendas de lana blanca y la comida y bebida más selecta de la tierra y de sus frutos. Ellas cocinaban y disponían sus casas con sabiduría. No carecían de nada, ni siquiera de leche de cabra para la Fiesta semanal. Nuestros camaradas permanecían ante el Señor en la Tierra de la Vida, Jerusalén, recitando devotamente la Torah y practicando la caridad y las buenas costumbres del amor, el temor y la humildad. Y en vísperas de la luna nueva y el resto de días proferirían oraciones de súplica y acudirían a los lugares santos y orarían por ellos mismos y por sus hermanos en el exilio. Todas las horas no eran iguales. Era ampliamente conocido que cada virtuoso hombre que viene de fuera a la tierra de Israel ha de empezar por descender a su nivel original. Porque el aire de la tierra de Israel es sagrado y una necesaria reducción precede al Ser. Pero Su Nombre, que es bendito, acude en su ayuda para darles fuerza y acoger a todos los sumisos, hasta que estuvieran dispuestos para recibir el don de la comprensión, la inteligencia de la tierra de Israel. "


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