A paso de cangrejo (fragmento)Günter Grass
A paso de cangrejo (fragmento)

"Sigue siendo notable que, después de conmemorar a posteriori y, sin embargo, como actual el hundimiento del barco, y enumerar, estimar y redondear por distintos métodos el número de muertos, compararlo con el de supervivientes, y finalmente con los muertos mucho menos numerosos del Titanic, en los ámbitos de Internet que visito por costumbre reinara, por algún tiempo, una calma chicha. Ya creía que el sistema se había colgado, que había perdido fuelle, que mi hijo se había hartado y que, al hundirse el barco, las sugerencias de Madre habían quedado sin objetivo. Sin embargo, la tranquilidad era aparente. De pronto, en una página web renovada, volvió a brindar su oferta anterior.
Esta vez predominaban las imágenes. De forma bastante gris, pero comentada en negrita, todo el mundo pudo admirar el alto bloque de granito y descifrar el nombre del mártir, grabado en escritura cuneiforme bajo la runa de la victoria. Además, su significado se destacaba mediante una serie de datos, éxitos de organización y confesiones subrayadas con signos de admiración, y hasta el día y la hora de su asesinato en el balneario antituberculoso de Davos fueron intercalados, en calidad de información, en el programa permanente.
Como si se lo ordenaran, o coaccionado de otra forma, David compareció. Al principio, sin embargo, el tema no fue la lápida conmemorativa, sino el asesinato del mártir. Triunfalmente, David dio a conocer que, en marzo del cuarenta y cinco, ocurrió algo que favoreció a David Frankfurter, el cual, desde hacía nueve años, cumplía condena. Después del intento inútil de incoar un proceso de revisión, los abogados Brunschwig und Raas de Berna interpusieron una solicitud de gracia dirigida al Gran Consejo del cantón de Graubünden. El contrincante de mi hijo tuvo que admitir que el deseo de que se remitiera el resto de la pena de dieciocho años impuesta sólo se vio satisfecho el primero de junio de 1945, es decir, después de terminada la guerra. Hubo que aguardar a que el poderoso vecino de Suiza yaciera sobre la lona sin sentido. Como David Frankfurter, después de su liberación de la prisión de Sennhof, fue expulsado del país, al parecer tomó la determinación, apenas dejados los telares, de irse a Palestina, confiando en un Israel futuro. "



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