La casa gris (fragmento)Josefina Aldecoa
La casa gris (fragmento)

"Cuando Miss Jackson está en la casa, las conversaciones accidentales entre las mujeres del servicio fuera de las horas de la comida tienen lugar en el cuarto de los lavabos que sirve a la vez de vestuario. Miss Jackson no tiene acceso a aquel lugar, no lo pisaría nunca.
Aunque no exista una prohibición, de nadie, Miss Jackson no entraría en los vestuarios del servicio, simplemente por conciencia de clase. Por eso no puede sorprenderlas nunca, cuando charlan, aunque puede espiar desde el pasillo, esperar a que vayan saliendo y hacerles sentir su muda cólera con una mirada, con un gesto, con una orden desagradable. Hay momentos muertos en el día, cuando la limpieza de las habitaciones ha terminado, cuando el servicio del té no ha comenzado, pequeñas treguas que aprovechan las mujeres del sótano para hablar, fumar, reír, aconsejar.
Louise suele llevar la voz cantante. Conoce los mejores saldos, las nuevas tiendas, las medias, los zapatos y las bolsas que duran más, que son más baratas. Louise tiene un instinto, un olfato para comprar, para confrontar el valor del dinero y el de las cosas y descubrir el equilibrio o desequilibrio que hay entre ambos valores. Las compañeras de trabajo le piden opinión, consejo, información. Mary, por ejemplo, desde que está en la Casa, viste según las órdenes directas de Louise.
—Para ti, Mary, como para tu tamaño, he visto una falda de rayas, ayer, en Sloane Square. ¿Cómo andas de dinero? Deberías comprártela, porque necesitas mucho una falda, Mary. Sólo tienes aquella gris, fea, que te compraste el año pasado mientras yo estuve de vacaciones.
Mary es una dócil discípula de Louise. Verónica discute con ella, aunque acaba apuntando la dirección, tomando nota de la ganga. Rachel hace sus compras de un modo independiente pero escucha con simpatía las noticias de Louise.
—¿Una bolsa, Louise? Creo que me va a venir muy bien... Precisamente ahora se me está rompiendo la de lona. Te encargaré una, porque está cerca de tu casa, ¿no? ¿No dices que tu chica las vio?
Louise se hace cargo del dinero de Rachel.
—Mañana te la traeré. Te dará envidia en cuanto la veas, Mary. Te vendría bien para tus compras y para llevar lo que te da Rachel, las vísperas de tu día libre.
Por el pasillo, se acercaron unos pasos familiares. Rachel hace un signo pidiendo silencio y sale, cerrando la puerta tras de sí.
Las chicas, desde dentro, oyen la conversación.
—Buenas tardes, Miss Jackson. ¿Busca algo? ¿Me busca a mí?
—No, Rachel, busco a Mary.
Los pasos de Rachel siguen hacia la cocina. Los pasos de Miss Jackson van hacia el comedor de servicio. Mary aprovecha para salir. Louise y Verónica oyen sus desconcertadas excusas.
—¿Me buscaba, Miss Jackson? Oímos... Oí cómo le decía a Rachel... Estaba lavándome las manos y las oí en el pasillo.
Louise se pone furiosa.
—Mary es idiota, te lo he dicho mil veces, Veric. ¿Por qué tiene que darle explicaciones a esa vieja?
—Louise, estoy pensando que si no te importa adelantar el dinero hasta la semana que viene, puedes comprarme esa bolsa. Esta semana tengo ya gastado lo que me dará Lucy.
Cariñosamente, llaman a Miss Dudley, Lucy, a Miss Jackson, Jackie. "



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