El canto del cisne (fragmento)Anton Chejov
El canto del cisne (fragmento)

"SVIETLOVÍDOV. «Ahora juzga tú mismo: ¿por quién me tomas? Quieres hacerme vibrar el alma y ni siquiera sabes tocar algo con esa flauta. ¿Acaso soy peor y más simple que la flauta? Tómame por lo que quieras: ¡puedes torturarme, pero no podrás jugar conmigo!» (Se ríe a carcajadas y aplaude.) ¡Bravo! ¡Bis! ¡Bravo! ¿Quién habla de vejez? ¡Al diablo! No hay vejez de ninguna clase, todo eso son tonterías, estupideces. La fuerza me brota en surtidor de todas las venas, ¡y esto es señal de juventud, de lozanía, de vida! ¡Donde hay talento, Nikítushka, no hay vejez! ¿Estás pasmado, Nikítushka? ¿Te has quedado como lelo? Espera, deja que yo mismo vuelva en mí... ¡Oh, Señor, Dios mío! Y escucha, verás qué ternura, qué delicadeza, qué música. ¡Chiss! ¡ Silencio!

Dulce es la noche ucraniana.
El cielo es transparente, las estrellas brillan.
No quiere el aire
Sacudirse la somnolencia. Apenas oscilan
Las plateadas hojas de los álamos...

(Se oye el golpe de una puerta que se abre.) ¿Qué es esto?
NIKITA IVÁNICH. Debe ser que Petrushka y Yegorka han venido... ¡Qué talento, Vasil Vasílievich! ¡Qué talento!
SVIETLOVÍDOV (grita, volviéndose hacia el lado de donde procede el ruido). ¡Por aquí, halcones míos! (A Nikita Ivánich.) Vamos a vestirnos... No hay vejez alguna, todo esto es una estupidez, un galimatías... (Se ríe alegremente a carcajadas.) ¿Pero por qué lloras? ¡Tonto de mi alma! ¿A qué viene esta llantina? ¡Ah, eso no está bien! ¡Te digo que eso no está bien, no! ¡Bueno, bueno, viejo, basta de mirarme así! ¿Por qué me miras de este modo? Bueno, bueno... (Le abraza con las lágrimas en los ojos.) No hay que llorar... Donde hay arte, donde hay talento, no hay vejez, ni soledad ni enfermedades y la propia muerte a la mitad... (Llora.) No, Nikítushka, nuestra canción ya está cantada... ¿Talento, yo? Un limón estrujado, un carámbano, un clavo comido por la herrumbre, ¡esto soy yo! Y tú, una vieja rata de teatro, un apuntador... ¡Vámonos! (Dan unos pasos.) ¿Talento, yo? En las obras serias sólo sirvo para figurar en el séquito de Fortimbrás... y para esto también soy viejo ya... Sí... ¿Recuerdas este pasaje de Otelo, Nikítushka?

¡Adiós, sosiego, adiós mi gozo!
Adiós, tropas de altos plumeros,
Y soberbios combates, donde
Se toma por virtud la ambición.
¡Adiós todo, todo! Adiós, robusto caballo mío,
Sonido de trompetas, repique de tambores,
Silbido de las flautas, bandera del rey,
Todos los honores, la gloria toda, la grandeza,
¡Y las tempestuosas inquietudes de las renombradas guerras! "



El Poder de la Palabra
epdlp.com