Fin "Cuando la muerte sea el suave viento que la tarde del campo cobija en su regazo, o un lago o un cielo, y la hierba en sí misma un latido, el muro eterno blanco… Y paseen del brazo voces límpidas de mujeres lunares —tal creeremos— y de exhaustos soldados desplomados sobre linternas… Veremos otra vez el blanco lecho de aire, las casas a lo lejos con una sola luz entre calles que el sueño trepa y baja de voz en voz… Penetraremos hondamente el brazo vigoroso del cielo y, en la densa cerrazón de los pueblos, las tinieblas, el mar ceñido en galerías de olas. Seremos estentóreos despojos en los tronos de bárbaros legados a una vida que nos tomó de niños, con el miedo eternamente incrustado en los ojos. " epdlp.com |