El mito del nacimiento del héroe (fragmento)Otto Rank
El mito del nacimiento del héroe (fragmento)

"Si se nos presentase U leyenda de Moisés bajo esta forma más original, tal como la bonos reconstruido a partir del material existente, la esencia de ese mecanismo interpretativo sería, aproximadamente, lo que se narra en el mito, tal como se lo conoce en realidad, es decir, que la verdadera madre no sería una princesa, sino la mujer humilde a quien tocaba el papel de nodriza, y su padre, el marido de ésta.
Esta interpretación coincide con la tradición, en el mito vuelto a transformar; y el hecho de que la exploración de las mutaciones progresivas nos lleve al tipo familiar del mito heroico es prueba de lo acertado de nuestra interpretación.
De ese modo, hemos podido demostrar toda la bondad de nuestra técnica interpretativa con el material mismo, por lo cual es tiempo ahora de demostrar la plausibilidad del punto de vista general en que se funda dicha técnica. Hasta ahora los resultados de nuestra interpretación han girado en torno a la idea de que toda la formación de los mitos tiene su punto de partida en el héroe mismo, es decir, en la infancia del héroe. En un comienzo, tomamos esta actitud al trazar la analogía del héroe mítico con el yo infantil. Ahora nos encontramos con la obligación de armonizar esas hipótesis y conclusiones con otras concepciones de la formación de mitos, que parecen contradecirlas directamente.
Por cierto que los mitos no son construidos por el héroe y menos aún por el héroe niño, sino que, como sabemos desde antiguo, son el producto de un pueblo de adultos. El impulso inicial es proporcionado evidentemente por el asombro popular ante la aparición del héroe, cuya vida extraordinaria sólo resulta concebible si la imaginamos precedida de una infancia maravillosa. Esa niñez extraordinaria del héroe es construida, sin embargo, por los hacedores individuales del mito —a quienes debe remitirse en última instancia la idea indefinida de un espíritu popular— con conciencia de su propia infancia. Al atribuir al héroe sus propias historias infantiles, se identifican con él, por así decirlo, reclamando para sí el mérito de haber sido, también ellos, héroes similares. El verdadero héroe de la novela es, entonces, el yo que se encuentra a sí mismo en el héroe, retrotrayéndose al tiempo en que el yo era en sí mismo un héroe, merced a su primer acto heroico, esto es, la rebelión contra el padre. El yo sólo puede encontrar su propio heroísmo en los días de la infancia y por eso se halla obligado a atribuir al héroe su propia rebelión, asignándole aquellos rasgos que hicieron un héroe del yo. Tal propósito se logra gracias a los temas y materiales infantiles, al retornar a la novela infantil y transferirla al héroe. Por consiguiente, los mitos son creados por adultos mediante la regresión a las fantasías de la infancia, y el héroe se forja y nutre de la historia infantil personal del autor del mito. Entretanto, todo este proceso tiende a justificar a las gentes como unidades individuales, por su propia rebelión infantil contra el padre. "



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