El cáliz febrífugo "París, ciudad donde florece la incipiente carne, cúmulo de provocativas gargantas, árbol cuyo glorioso fruto conforma los magníficos y ostentosos senos de las bacantes. El curvilíneo corsé enseñorea la grieta de la carne e incita a aprehender sus gemelas bifurcaciones. Dos ardientes montículos que ascenderías sin vergüenza, cuerpo loado en gran estima. A mi alrededor se cierne el calinoso oleaje de un océano que me aterra y embriaga, un flujo enteramente níveo que se precipita sobre mí. La joven de tez pálida y delgada, cáliz febrífugo, me guía por la senda de mis uñas y mis labios a través del viático de un delgado y virginal cuerpo. " epdlp.com |