El concepto de lugar en Aristóteles (fragmento)Henri Bergson
El concepto de lugar en Aristóteles (fragmento)

"Aristóteles prosigue la misma cuestión con más cuidado al refutar los argumentos relativos a la densidad. Algunos, en efecto, creen que lo que contiene más vacío es raro, y denso por el contrario lo que contiene menos; así, lo raro es más ligero y se eleva hacia el aire, pues el vacío lo conduce hacia arriba. Pero si el vacío es la causa de la ascensión de las cosas ligeras, es preciso explicar por qué las más pesadas descienden. Más aún, si la ligereza y la rapidez de un cuerpo son tanto mayores cuanto más vacío contiene, el vacío mismo se moverá con una velocidad infinita, algo que no puede ser de ninguna manera. En efecto, por la misma razón por la que los cuerpos no podrían moverse en el vacío, el vacío mismo, de ser algo, habría de permanecer necesariamente inmóvil. Aristóteles reconoce, no obstante, que ciertos cuerpos son más raros y otros más densos: sin esta concesión, ningún movimiento sería concebible. Grande es, sin embargo, el error de quienes admiten en el interior de las cosas un intervalo vacío que disminuye o aumenta cuando la densidad hace lo propio. Separan así los elementos del cuerpo y el vacío, poniendo a un lado los elementos y al otro el vacío. La cosa ocurre, en verdad, de un modo muy distinto. La naturaleza de la materia, en efecto, es tal que comprende, por así decir, ambos poderes: aumentar y contraerse. Pero estos poderes no están incluidos en tales o cuales partículas, sino en la materia sólida y continua, en cuya más ínfima parte considerada se hallan también en potencia la grandeza y la pequeñez. «Si la convexidad de un círculo más grande se forma desde la de un círculo más pequeño, ninguna parte deviene curva si antes no ha sido ya curva y no recta. Pues no es en medio de una interrupción donde se producen el crecimiento o la disminución». He aquí el nudo del problema. Aristóteles piensa que el crecimiento no se produce en absoluto por la inserción de intervalos más largos o más cortos, sino, por decirlo así, por la mayor o menor tensión de todas las partes. Como los cuerpos dan a veces la impresión de aumentar y otras la de disminuir, los filósofos han querido separar de la materia este poder de crecimiento y mengua, como si existiera por sí mismo: lo han llamado el vacío. Es a la intimidad de la materia adonde es preciso retrotraer este poder, mezclándolo así con el propio cuerpo. Diremos entonces que, o bien el vacío no es nada en absoluto o que, de ser algo, no es nada más que la materia misma en tanto contiene en potencia lo raro y lo denso, principios de la ligereza y la pesantez. "


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