Alexandrías (fragmento)Francisco Javier Alegre
Alexandrías (fragmento)

"Y ya el tercer sol aparta las trémulas sombras, cuando el conductor macedonio distribuye la flota en forma de media luna con cuernos gemelos.
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En cambio para nosotros, existe un solo Dios, ni hembra ni macho, eterno, único, lejano del cuerpo terreno. La naturaleza de Dios no está contenida en ninguna figura, ella no tiene manos, ni ojos, ni sentido alguno, carente de principio y desconocedora de fin.
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Si de alguna manera la indebida fama os unirá con nuestras musas y la época tardía no lo mirará con malos ojos, la émula posteridad conocerá a los jóvenes invictos de espíritu por nuestro canto, sabrá los ejemplos de la primera fidelidad y llevará a las regiones etéreas vuestro nombre.
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Pero el héroe ya acabó con una horrible herida al que gime, en el momento en que éste, temblando, inclinado hacia la tierra, se voltea con todo el cuerpo, muerde el suelo enrojecido por tanta sangre y lanza la triste alma bajo los tártaros. Esto sea suficiente para que el poeta haya conmemorado los triunfos ematios, mientras tranquilo se recuesta bajo el arbóreo umbral, donde el líquido Antío se desliza por los campos mexicanos y fecunda las yugadas con plácidas aguas, y donde se levantan las felices bóvedas del templo Guadalupano y amenazan hacia los cielos con apuntalado declive. En otro tiempo, por fortuna, ¡oh divina Progenitora!, cantaré tus señales con grave estilo, y el confín Tule oirá a lo lejos tus alabanzas y venerará a la divinidad en las aras erigidas. "



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