Iván Krylov

Rusia | 1769-1844

Poeta, dramaturgo y autor de fábulas ruso. Sus Fábulas han pasado a ser patrimonio de todo el pueblo ruso. Nació en Moscú, en el seno de una familia de clase media. Siendo todavía muy joven, formó en San Petersburgo una asociación literaria con los dos periodistas más destacados de la época, Nikolai Ivánovich Novikov y Alexandr Nikoláievich Radischev. Entre 1789 y 1790, ayudado por Radischev, dirigió una revista satírica de tirada mensual. En un principio, la emperatriz de Rusia, Catalina II la Grande, apoyó el trabajo de los tres escritores, pero tras el estallido de la Revolución Francesa mandó encarcelar a Novikov y condenó a Radischev al exilio. Krylov, dada su juventud, sólo fue severamente reprendido por la censura, suceso que tal vez sea el que narró en su fábula El gato y el ruiseñor. Desapareció del panorama literario hasta los 40 años; desde ese momento comenzó a traducir las fábulas de La Fontaine, cuyas ideas adaptó al peculiar carácter ruso. Había encontrado el camino por medio del cual hacer llegar al público sus cáusticas críticas del sistema oficial. De su pluma salieron un total de 201 fábulas (tres de las cuales se encontraron después de su muerte) en las que utilizó a los animales para retratar el mundo de su época. Escritas deliberadamente en metro irregular, poseen tal gracia que desde entonces han cautivado a los niños rusos e, incluso, se han transformado en proverbios. Escribió también dos tragedias de orden menor, Cleopatra (1785) y Filomela (1786), y dejó inconclusa una comedia, El haragán (1807). Krylov fue el autor favorito de dos zares, Alejandro I Pavlovich y Nicolás I. En recompensa por su obra se le concedió un puesto en la Biblioteca Pública de San Petersburgo, donde multitud de admiradores le aclamaron. En 1944 se conmemoró en su país el centenario de su muerte. © M.E.

Textos:

El cisne, el bagre y el cangrejo
El mosquito y el pastor