Etzer Vilaire

Haití | 1872-1951

Poeta haitiano nacido en Jérémie. Toda su vida, Etzer Vilaire estuvo ocupado con la cuestión de la profundidad filosófica. El manantial de su obra está pavimentado con textos que se nutren de esta vena, sus escritos son imbricaciones donde el tiempo ha inscrito sus diversos colores y ciertas huellas de una memoria colectiva. De esa profundidad filosófica, sin embargo, Vilaire sale a la superficie con escritos donde se presenta la trama de la experiencia haitiana, vestida de un escenario dramático que pretende alejarse del escenario local. De su obra destaca, Los Diez Negros desde la perspectiva de un análisis serio del drama haitiano para advertir que los reflejos de las desgracias del país están por todas partes. Y cuando comparamos esta obra maestra con una obra de otro autor de su generación, vemos que, de estos textos, a pesar de los ruiseñores que mezclan sus cantos con los sonidos de los tambores, el más haitiano no es el que pensamos. Etzer Vilaire tenía un gran amigo. Fue su hermano Jean-Joseph, también poeta, quien también fue su confidente. Fue a él a quien Etzer le había confiado por primera vez el tormento causado por la mayor angustia de su vida. Debía de haber cortado repentinamente las relaciones con la mujer cuyo pensamiento ocupaba todo el espacio de su corazón. En su colección Page d'amour, escribió para ella magníficos versos en los que expone las fibras de sus sentimientos. ¡Fue su gran decepción! Se casó años después con Ariane Cazeau y tuvo once hijos, seis niños y cinco niñas. Vilaire también estudió Derecho. Al igual que su padre, fue juez en el Tribunal de Jérémie. Fue el poeta George Sylvain quien, durante una gira de conferencias por esta ciudad, descubrió a Vilaire y le animó a unirse a los escritores de la Génération de La Ronde. La obra de Vilaire disfrutó entonces de un gran éxito en Port-au-Prince antes de ser leída en París. Se hizo amigo del intelectual Jean Price-Mars, cuya candidatura al Senado apoyó. Vilaire entonces toma posiciones, plantea actos que afirman su carácter inflexible. Toma la defensa de un patriota acusado de un delito contra el gobierno y el ocupante estadounidense. Su furiosa acusación contra estos protagonistas es la causa de un arresto inmediato. El poeta/abogado está en prisión, pero su orgullo no cede. Formó parte de esa generación de haitianos para quienes el honor ocupaba un lugar importante. Vilaire regresa una vez más a Jérémie en 1926. La gente de su ciudad natal quiere que sea diputado. Durante el período de triunfo de los escritores del indigenismo haitiano, cuyos poetas tomaron un camino opuesto al trazado por Vilaire, entró en su capullo; como un ermitaño, entró en la sala con su soledad de creador, con la certeza, sin embargo, de que su poesía intemporal, empapada de profundidad, encontraría en las futuras generaciones de lectores que habrán comprendido la exactitud de su canto. Etzer Vilaire murió el 22 de mayo de 1951. Tenía 79 años. © Josaphat-Robert Large

Textos:

El tormento de la fragata