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Alberto Masferrer El Salvador | 1868-1932 | |
Escritor e intelectual salvadoreño nacido en Tecapa. De personalidad polémica, fue una de las figuras más dinámicas de la vida cultural y política de su país y ejerció una fuerte influencia en las generaciones más jóvenes. En 1883 fue enviado por su padre a Guatemala en represalia por haberse negado a cumplir un castigo que le había impuesto. El jovencísimo Masferrer rechazó la custodia paterna y vagabundeó por Guatemala, Honduras y Nicaragua, trabajando en oficios como el de buhonero. En 1890 fue nombrado subdirector escolar en Sensutepeque y archivero de la Contaduría Mayor en San Salvador; dos años después asumió la dirección del Diario Oficial, y en 1900 se convirtió en secretario del Instituto Nacional, cargo que abandonó un año más tarde, cuando fue nombrado cónsul de El Salvador en Buenos Aires (Argentina). Inició así una carrera diplomática que lo llevaría a ocupar los consulados salvadoreños en Santiago de Chile (1902), San José de Costa Rica (1907) y Amberes (Bélgica, 1910). Fue delegado de El Salvador en la Conferencia de La Haya (1912), colaborador en el Segundo Congreso Científico celebrado en Washington en 1915, asesor del Ministerio de Instrucción Pública y director del Instituto Ixeles (1916). Su labor literaria y ensayística se desarrolló paralelamente. En los últimos años de su vida, Alberto Masferrer se implicó en la política de su país. Participó ardientemente en la campaña electoral de 1929 y 1930 a favor del partido laborista, apoyando al candidato Arturo Araujo, quien, elegido presidente en 1931, resultó inmediatamente derrocado por el golpe de estado del general Maximiliano Hernández Martínez. Las matanzas posteriores a manos del ejército salvadoreño desengañaron a Masferrer, quien hubo de partir a Guatemala y a Honduras sumido en la pobreza y la enfermedad. De regreso a El Salvador, muy mermado de facultades, falleció en la capital del país el 4 de septiembre de 1932. Su obra se caracteriza por una mezcla de socialismo y misticismo religioso y por una visión un tanto ambigua de los problemas sociales. Su primer libro, Páginas (1893), a pesar de estar enclavado en el modernismo, se destacó por su impronta social. Entre sus obras más importantes figuran, La nuevas ideas (1910), Ensayo sobre el destino (1926), El dinero maldito (1927) y El minimun vital (1929). La obra Las siete cuerdas de la lira (1926) ahondó en los misterios del cosmos, la psicología y las fuerzas sobrenaturales. © BYV
Textos:
Helios (fragmento)
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