Aleksandr Sumarókov

Rusia | 1718-1777

Poeta y dramaturgo ruso, nacido en Moscú. Perteneciente a una familia aristocrática, recibió una esmerada educación a cargo de preceptores particulares, tanto nacionales como extranjeros. Muy pronto ingresó en el Cuerpo de Cadetes, donde se formaban los militares y funcionarios mejor preparados de Rusia. También desde muy joven mostró una apasionada dedicación al arte de Talía, que al cabo de los años se plasmaría en su abundante producción dramática y en su cargo de director del Teatro estable ruso, cargo que ocupó entre 1756 y 1761. Sin embargo, actualmente se le recuerda más por su poesía que por la importante labor de renovación teatral que llevó a cabo. Fue destituido de la dirección del Teatro estable a causa de los enormes conflictos en que le involucraban su desmedida soberbia y su no menos contenida afición al alcohol. Se casó con una mujer alemana que servía en la corte de la futura emperatriz Catalina la Grande, pero al poco tiempo de contraer nupcias se separó de su mujer, y vivió amancebado con varias siervas. Su conducta amoroso-sexual constituyó un permanente motivo de escándalo entre los miembros de la conservadora sociedad que le rodeaba, quienes nunca le admitieron plenamente en sus círculos; pese a ello, Sumarókov hacía continua profesión de amor a la monarquía absolutista, a la que deseaba ver más ilustrada, y defendía el reaccionario privilegio que le aseguraba la posesión de servidumbre. Hombre contradictorio donde los haya habido, zahería acremente a la misma clase social a la que deseaba pertenecer. El apego a los excesos de Baco le condujo a una vejez triste y solitaria, ensombrecida, además, por una pobreza vergonzante, cuando murió, los actores de Moscú hubieron de hacer una colecta para sufragar los gastos de su sepelio. Fue sepultado en el monasterio moscovita de Donskói, donde la extrema miseria que le había llevado a la tumba impidió, incluso, que la fosa en que reposan sus restos quedase identificada con una lápida. En el género poético, Sumarókov, siempre pendiente de la innovación métrica, cultivó la oda, la égloga, la elegía y la canción lírico-amorosa, pero sobresalió especialmente en la composición de fábulas satíricas, que él denominaba "parábolas". En la historia de la literatura rusa, pasa por ser el primer poeta que escribió fábulas; atribuidas a él, se conocen trescientas setenta y ocho, todas ellas marcadas por su agudeza satírica y por su lenguaje vivo y directo, plagado de giros populares. Fueron muy leídas y recitadas en su época, tal vez porque su temática audaz solía tocar temas actuales, muy relacionados con la sociedad en que vivía. Escritas en dísticos alejandrinos, compuso nueve tragedias, que, aunque inspiradas casi todas en la historia de su país natal, imitan en sus formas los modelos clásicos franceses, especialmente a Boileau, algunas de cuyas obras fueron vertidas al ruso por Sumarókov. Se trata de Jórev (1747), Hamlet (1748), Sinav y Trúvor (1750), Aristona (1750), Semira (1751), Demisa (1758), Vysheslav (1768), Dimitri el impostor (1771) y Mstislav (1774). También sus doce comedias parten de modelos franceses, si bien presentan unos diálogos lastrados por una excesiva rigidez que en nada recuerda a sus fuentes. Entre ellas, cabe destacar Juicio de terceros, Riña entre marido y mujer, La dote con engaño, Narciso, El ponzoñoso, Tressotinus, Bobadas, La madre, compinche de la hija, El tutor y El cornudo imaginario. Además compuso numerosos entremeses, libretos para óperas y ballets, lo que contribuyó a acrecentar el repertorio del teatro que dirigía. La nómina de sus incursiones escénicas se completa con el drama El anacoreta (1757). © MCN

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