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  Kristjan Jaak Peterson


    Estonia | 1801-1822
Jaak
  Genio e icono de la literatura estonia. Su escasa obra literaria, limitada a un breve ciclo de odas y églogas, junto con un diario de fragmentos de pensamiento, se publicó por primera vez un siglo después de su muerte, en 1922. Mientras que la cultura verbal italiana tenía su firme base en el latín y en la cultura antigua greco-romana, la situación en Estonia, una de las pocas nacionalidades no-indoeuropeas de Europa (con los fineses, los húngaros y varias minorías étnicas en el territorio de Rusia) era bien diferente. La lengua de la población autóctona estonia pertenece a la familia finougria (ugrofinesa), con un sistema morfológico que dista radicalmente del latín. Se cree que la "casa primigenia" de esta familia de los pueblos y las lenguas se situaba cerca de los montes Urales, en la zona fronteriza entre Europa y Asia. Es cierto que para el oído de un hispanohablante tanto el húngaro como el estonio o el finés sonarían al igual que "griego" o "chino", es decir, como cualquier lengua incomprensible. La breve vida de Kristjan Jaak Peterson coincidió con la abolición de la servidumbre de la gleba en la Rusia zarista. Desde el siglo XIII la absoluta mayoría de los autóctonos estonios (igual que sus vecinos letones) habían sido sometidos por las naciones económica y militarmente mayores y más potentes (alemanes, escandinavos, rusos) a la humillante condición de siervos de la gleba. Cuando la Rusia zarista derrotó a Suecia en la Gran Guerra del Norte, en 1721, Estonia, igual que Letonia, pasó a ser parte del imperio zarista, pero al mismo tiempo la servidumbre de la gleba, establecida por los alemanes ya en el siglo XIII perduró durante casi un siglo más, siempre bajo el poder de los poderosos terratenientes (hacenderos) báltico-alemanes. Se sabe que el superintendente de Livonia, el báltico-alemán Karl Gottlob Sonntag, era protector del joven talentoso K.J. Peterson. Después de la escuela básica y el bachillerato (1815-1818) en Riga, éste pudo ingresar en la Universidad de Tartu, en Estonia, donde asistió primero a los cursos de la facultad de Teología, y luego, de Filosofía (1819-1820). Se sabe que tenía idea de continuar sus estudios en Leipzig, pero no llegó a esto, por la fatal enfermedad pulmonar. Aparte del estonio, la lengua en que creó la mayor parte de su poesía y cuya morfología investigaba, publicando artículos en alemán en una revista filológica, Peterson dominaba, y hasta enseñaba, el griego, además de conocer el latín, el alemán, el ruso, el hebreo, el sueco, el finés y el francés. Se interesaba intensamente por la filosofía y la mitología, sobre todo por la mitología finesa y escandinava. Uno de sus trabajos mayores que inició, pero que quedó inacabado, fue su traducción del sueco al alemán de Mythologia fennica (Mitología finesa), del finlandés Christfried Ganander. Peterson entendía tempranamente que el mundo comprendía una pluralidad de las culturas, compartiendo, intuitiva o conscientemente, las ideas sobre la relatividad cultural de Johann Gottfried Herder, el gran pensador alemán, precursor inmediato y amigo de Goethe, quien, también de joven, también poeta y también en Riga, escribió algunos importantísimos ensayos, como el fundamento del ideario que sostenía la igualdad entre todas las culturas, tanto de los grandes pueblos como pequeños, y acentuaba el papel primordial de la poesía en la cultura mundial. Los fragmentos de pensamiento que dejó a la posterioridad Peterson revelan su inclinación al panteísmo. En su obra, Dios quedaba sin identificación: aparece como un símbolo de un Ser o Creador superior de todo lo existente. Pese a su modesto volumen, la obra poética de Peterson es un majestuoso punto de partida para la cultura estonia y la creatividad consciente autóctona. Fue totalmente desconocido como poeta durante su vida, y de este modo, no dejó "influencias" inmediatas. En cambio, si intentamos trazar en retrospectiva la historia del verso occidental, no sería exageración considerar a nuestro Peterson entre los pioneros de la renovación de la poesía europea y occidental, que se produjo a partir del romanticismo. La fe de Peterson en la lengua estonia como una lengua literaria, capaz de elevarse hasta las alturas de las culturas mayores occidentales, quedaba manifiesta sobre todo en su poema Kuu (La luna). Se ha hecho icónico. Sus odas profético-filosóficas y églogas pastorales, sin duda, fueron influidas por la poética clásica greco-romana, en el sentido de no aplicar rimas finales. En un poema breve de tonalidad humorística, Naised (Mujeres), en que aplica el ritmo y las típicas aliteraciones de la poesía tradicional estonia, el poeta revela su gran admiración por la belleza de la mujer, capaz de vencer todas las armas del hombre y hasta al fuego mismo. Se ve en esto un rechazo fundamental del espíritu guerrero y militar en Peterson. Sus ideales eran el amor y la paz universales, una armonía espiritual entre el cielo y la tierra. Cantaba a la amistad universal, acentuaba su respeto y amor a los antepasados y a toda la creación.  © Jüri Talvet

Textos:


La luna
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